Detalle del montaje expositivo de CHATA DE LEY
Imagen de los jóvenes diseñadores gráficos que acaban de exponer sus objetos encontrados como auténticas obras de joyería
De espaldas, caminando en pleno campo mirando al suelo o mejor dicho, buscando en él, retrató Jean Marie del Moral al polifacético Antonio Pérez, como persona y "duende del bosque" que define Juan Marsé: "bien podría llevar un saco de sorpresas a la espalda y armas de pino en sus pantalones de pana: en su voz persiste el musgo ambiguo de la infancia y cultiva la capacidad de encantamiento y una antigua disposición a la maravilla - la palabra maravilla es una de sus favoritas- "
A la manera de Antonio Pérez han recogido y devuelto a la vida (una especie de resurrección dramáticamente objetual) estos jóvenes creadores, las piezas sin uso aparente pero latente y realizado la faena dulce de reconducir la utilidad para la que fueran destinadas y así encontrar un zafiro en una caja de botones, una pulsera dentro de un teclado y canicas como diamantes.
No son joyeros y sí, podrían estar en Le Musée d'en face que Antonio Saura bautizara a El señor de enfrente quien contempla El Museo de enfrente, porque recoge esa "profunda resonancia poética del poder psicológico de los objetos, en este caso la asociación de un paraguas, una máquina de coser y una mesa de disección"... y qué decir, en esencia: Duchamp.
